Escrito por Itobé (@itobesur)
A pesar de que los Sinti y Romà (gitanos) europeos no constituyen un lobby poderoso, como es el judío, y de no contar ni con Estado propio ni con el beneplácito de buena parte de la población, es obligatorio hablar del otro Holocausto (Porrajmos -Devoración- en lengua romaní) al que fueron sometidos y que ha sido silenciado, olvidado o minimizado durante décadas por la mayoría de los gobiernos mundiales.
El origen del genocidio romaní lo podemos encontrar en las teorias de Karl Binding y Alfred Hoche, en 1921, con la sugestión de que los gitanos sean esterilizados y eliminados como personas por “sus vidas indignas”. Esta noción es incorporada en la teoría de la raza nazi en 1933. A lo largo de los años 20 todos los gitanos en territorios alemanes debían ser fotografiados y tomadas sus huellas digitales.
Es en 1931 cuando los nazis introducen una ley para legalizar la esterilización eugenésica. En 1933 establecieron campos para encerrar a los gitanos en Dachau, Dieselstrasse, Mahrzan y Vennhausen. Desde enero del año 1934 en adelante los gitanos están siendo seleccionados para la esterilización por inyección y castración, y enviados a dichos campos.
El 14 de noviembre de 1935, se promulgó la ley para la «Protección de la Sangre y el Honor», coloquialmente conocida como las Leyes de Núremberg. A causa de ella, se prohibió el matrimonio entre arios y no arios. La segunda ley de Nuremberg, la Ley de la Ciudadanía del Reich, despojó de la ciudadanía a las personas negras no arias. El “problema” que se le plantea a los nazis es que los romaníes, por su procedencia (norte de la India, de donde emigraron hacia Europa en torno al S.XI d.C.) y lengua (indoeuropea, lengua de origen ario), eran arios -o quizás aún más arios que los propios alemanes-. Entonces Hans F. K. Günther añadió un componente socioeconómico a la teoría de la pureza racial.
Los romaníes fueron perseguidos por los nazis por considerarlos “inferiores racialmente”, sometiéndolos a encarcelación, trabajos forzados, masacre y deportaciones a campos de concentración.
Los gitanos, así como los judíos, perdieron su derecho al voto el 7 de marzo de 1936. En ese año, los nazis establecieron la Unidad de Investigación de Higiene Racial y Biología Demográfica (Sección L3 del Departamento de Salud del Reich), comandado por el Dr. Robert Ritter y su asistente Eva Justin, que se encargó de efectuar un estudio en profundidad de la “Cuestión gitana” (“Zigeunerfrage”); se determinó que la mayoría de los gitanos representaban un peligro para la pureza racial alemana y, por tanto, debían ser eliminados. Los gitanos son los primeros a los que se les prohíbe asistir a la escuela.
Entre el 12 y 18 de junio de 1938 sucede la “Zigeuneraaufraumungswoche” (“la semana de limpieza Gitana”), cientos de Gitanos en todas partes de Alemania y Austria son detenidos, golpeados, y encarcelados.
En 1939 se decreta que «todos los gitanos deberían ser tratado de forma hereditaria como enfermos; la única solución es la eliminación. El objetivo por lo tanto debería ser la eliminación sin la vacilación de este elemento defectuoso en la población». En abril la totalidad de los romaníes de Gelsenkirchen (Alemania) se hallaban confinados en el campo de la Cranger Strasse.
En enero de 1940, 250 niños romaní son utilizados como conejillos de Indias para probar el cristal de gas de cianuro, en el campo de concentración en Buchenwald. Entre abril y mayo de ese año miles de romaníes fueron deportados a Polonia, a Lodz , la mayoría murieron y los que sobrevivieron fueron trasladados al campo de exterminio de Chelmno, donde murieron en camiones de gas.
El 22 de junio 41 el ejército alemán invade la Unión Soviética. Los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza), comienzan los asesinatos totales de judíos, gitanos y comunistas.
El 31 de julio de 1941 Heydrich, director de la Oficina Central de Seguridad del Reich, firma una directiva habilitando al Einsatzkommandos para » matar a todos los judíos, gitanos y pacientes psiquiátricos». El Holocausto había comenzado.
El gobierno húngaro del Partido de la Cruz Flechada deportó entre 28.000 y 33.000 gitanos de una población estimada de 70.000 a 100000. El gobierno rumano de Ion Antonescu tuvo sus propios campos de concentración en Transnistria, a los cuales fueron deportados unos 30.000 gitanos, donde murieron la mayoría. En el otoño de 1941, los pelotones de ejecución del ejército alemán (Wehrmacht) acabaron casi con la totalidad de la población masculina adulta romaní servia. El régimen Ustachá (fascistas croatas aliados de Hitler), en Croacia, asesinó a decenas de miles de gitanos, junto con serbios y judíos, en el Campo de concentración de Jasenovac. Los gitanos serbios son parte del litigio pendiente contra los bancos del Vaticano y otros en la Corte Federal Norteamericana, en procura del retorno del botín de guerra.
Entre abril y junio de 1942, los gitanos fueron reunidos en guetos (incluyendo el de Varsovia). El de 16 de diciembre de ese mismo año, Henrich Himmler (jefe de las SS) firmó una orden para la deportación de todos los romaníes en Alemania. Fueron deportados a Auschwitz, donde se creó el “campo de las familias gitanas” (“Zigeunerfamilienlager”), construido en Auschwitz II. El 26 de febrero de 1943 llega el primer transporte de gitanos a Auschwitz (entre el 26/2/1943 y el 21/07/1944 encarcelaron mas de 21.000 hombres, mujeres, y niños) -Anna Frank reconoce haberlos visto-. Fue el equivalente a la “Solución Final” decretada el 20 de enero de 1942 contra los judíos. El Dr. Josef Méngüele (capitán de las SS) les sometió a estudios y experimentos seudo-científicos.
Una orden del 26 de enero de 1943 del Ministerio del Interior señalaba en la Cuestión gitana que debían ser tratados como personas “hostiles al pueblo y al Estado y, por tanto, sus bienes confiscados”. La deportación de romaníes en 1943 incluyó a ancianos, a mujeres embarazadas, también a niños y niñas que se encontraban en instituciones benéficas…
El 15 de noviembre de 1943, Himmler ordena “poner al mismo nivel a gitanos y judíos”.
En el Protectorado de Bohemia y Moravia, los gitanos fueron enviados a los campos de concentración de Lety y Hodonín, antes de ser transferidos a Auschwitz para ser gaseados.
En Mayo de 1944 los nazis deciden liquidar el Zigeunerfamlielager, las SS lo rodean y se encuentran a los romaníes resistiendo con tubos de hierro y armas improvisadas. Las SS deciden retirarse e ir transfiriéndolos fuera del campo poco a poco para asesinarlos, otros murieron por epidemias.
Los Einsatzgruppen asesinaron a decenas de miles de romaníes en los territorios ocupados por los alemanes y en los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Sobibor, y Treblinka. También fueron encarcelados en los campos de concentración de Bergen-Beken, Sachsenhausen, Buchenwald, Dachau, Mauthausen, y Ravensbrueck. Miles de gitanos de Polonia, Holanda, Hungría, Italia, Yugoslavia y Albania fueron fusilados y asesinados en campos de exterminio.
Acabada la guerra, con la derrota nazi, fueron juzgados los criminales en los llamados Juicios de Nuremberg. Decenas de judíos fueron llamados a declarar para dar testimonio del genocidio al que habían sido sometidos. Ningún romaní fue llamado a testificar y nadie habló en su nombre.
Según el estudioso, profesor de la Universidad de Texas y activista Ian Hancock, entre medio millón y un millón y medio de romaníes (aproximadamente el 70% de los gitanos europeos) murieron en la Porrajmos.
Después de la II Guerra Mundial la discriminación contra los romaníes continuó en la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) que decidió legitimar todas las medidas tomadas contra los gitanos antes de 1943 y negarles el derecho a restitución. La encarcelación, la esterilización y hasta la deportación fueron consideradas políticas legítimas.
No fue hasta 1982 cuando Helmut Kohl, canciller alemán, reconoce el genocidio nazi contra los romaníes; para ese momento, la mayoría que hubieran tenido derecho a la restitución bajo la ley alemana ya habían muerto.
Ahora sabemos la historia, la conocemos; negarla u olvidarla nos hace cómplice de esa barbarie genocida.
Fuentes:
– Minimizando el Porrajmos: La tendencia de minimizar el Holoausto Romaní. Ian Hancock
– El Gran Devorador: de la exclusión social al Porrajmos. El Holocausto de los gitanos durante el Tercer Reich (1933-1945) El último estadio de la persecución: deportación y genocidio. Topografía de la memoria. Memoriales históricos de los campos de concentración nacionalsocialistas 1933-1945.
– De la ciencia de las razas a los campos de exterminio. Sinti y Romá bajo el régimen Nazi. Karola Frings, Herbert Heuss y Franck Sparing. Editorial Presencia Gitana. Colección de temas gitanos y afines Interface. 1999. Páginas 57-59.
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